"¡Eso es! El libro que siempre quise".
James prácticamente se lanzó sobre la mesa para coger un ejemplar de la novela gráfica "Bone", que asomaba entre el mar de libros de la biblioteca de su instituto. Lo abrazó durante una fracción de segundo y luego lo metió victorioso en su mochila de cuerdas. Éste y otros nueve libros que James había elegido se irían a casa con él, para conservarlos para siempre y ayudarle a superar las precarias y largas semanas de verano.