La alfabetización -la capacidad de leer- es un derecho civil elemental que no se ha extendido a todos entre nosotros. Esto me horroriza. Quiero hacer todo lo que esté en mi mano para que todos y cada uno de los niños se deleiten con la riqueza de las palabras, las historias y las ideas, y para que todos los padres -independientemente de las circunstancias- dispongan de las herramientas necesarias para hacer posible ese florecimiento.
Aquí, en Book Harvest, hemos estado construyendo en silencio durante los últimos 15 meses un programa que aspira a hacerlo, trascendiendo millas, y muros, y más desigualdades de las que puedo comprender.
Este programa se llama Books in a Boxy es sencillo: trabajamos con niños
que experimentan la profunda circunstancia del encarcelamiento de uno de sus progenitores, entregándoles cajas gratuitas de libros nuevos directamente en su casa. En la caja se incluye un
carta manuscrita de su progenitor encarcelado, rebosante de amor, ánimo y esperanza.
Los niños inscritos en Books in a Box reciben una biblioteca en casa con 20 libros nuevos, enviados en dos remesas de 10 libros cada una. Este programa ha llegado hasta ahora a 81 niños con 870 libros (¡y subiendo!) en ocho estados: Carolina del Norte, Carolina del Sur, Virginia, Tennessee, Florida, Montana, Misuri y California.
Por lo que sé, este programa emergente es único en nuestro país, y sería negligente por mi parte no dar un gran reconocimiento a aquellos con los que colaboramos para llevarlo a cabo:
Melissa Radcliff en Our Children's Place de Coastal Horizons ha sido nuestra colaboradora esencial en este programa - enseñándonos, guiándonos y proporcionándonos invitaciones a los días de visita familiar. (¿Sabía usted que hay más de 20.000 niños con un padre encarcelado en Carolina del Norte? ¿Que a nivel nacional cinco millones de niños están experimentando los efectos de un padre encarcelado? Gracias, Melissa, por compartir estas verdades).
El equipo de Motheread/Fatheread realiza el trabajo esencial de inscribir a las familias y extender a los padres la cálida invitación a escribir cartas a sus hijos.
Y nuestro Perry Robinson ha construido este programa a partir de una mera idea en
algo de lo que me siento profundamente orgulloso. A lo largo del proceso, Perry ha realizado innumerables llamadas telefónicas a los cuidadores, ha montado y enviado 87 cajas y mucho más, siempre con el máximo cuidado, consideración y sensibilidad.
Los comentarios de los padres hablan de la conexión que se está forjando a través de los libros y más allá de las barreras. Entre ellos:
Espero que los libros enseñen a mis hijos lecciones de vida y que sepan que siempre estaré ahí y les apoyaré.
Espero que pueda disfrutar de la satisfacción de recibir y leer los libros. Y que cambie su visión de la vida.
La alfabetización es un derecho civil básico. Y quizá, sólo quizá, no tenga que verse frustrada por los efectos generacionales del encarcelamiento. Gracias por creer en nuestro trabajo y en el profundo amor de las familias que, a pesar de las circunstancias, pueden forjar una cultura de alfabetización que llegue a todos los niños. Me encantaría conocer su opinión.
Ginger Young
Fundador y Consejero Delegado