Por Ginger Young, Book Harvest Director Ejecutivo
29 de abril de 2021
La semana pasada perdimos a un gigante silencioso en el mundo de la alfabetización y la justicia social. Y yo perdí a un amigo y guía muy querido.
No estoy del todo segura, pero -exceptuando a mi marido Jonathan- creo que Anne Dellinger fue la primera persona con la que compartí mi idea de fundar una organización sin ánimo de lucro para poner libros al alcance de todos los niños. Le expresé la idea tímidamente, con timidez; incluso decirla en voz alta me llenaba de dudas.
Ana lo entendió instantáneamente. Y con la discreción que la caracteriza, afirmó que mi idea valía la pena y me infundió el poder para seguir adelante. Fue un alimento vital para mí en un momento clave, un momento en el que podría haber dado carpetazo a mi idea y volver a aceptar el mundo tal y como era, en lugar del mundo que soñaba que podría ser posible.
Impulsado por el tranquilo liderazgo de Anne, su inigualable mente estratégica y su apreciada amistad, di esos primeros pasos de bebé en el camino hacia Book Harvest , un camino que hoy recorro encantado en compañía de una gigantesca aldea de compañeros creyentes. En mi mente, veo una línea directa entre la afirmación catalizadora de Anne de esta naciente pepita de una idea y la realidad actual de 1,5 millones de libros cosechados por niños y familias. Gracias, Anne.
Por el camino, surgieron muchas oportunidades de colaboración y compañerismo. Acompañé a Anne a reunirse con alumnos de secundaria para preguntarles por sus libros favoritos. Llevé a Anne y a su marido Walter de excursión para que vieran nuestro trabajo en acción, visitando nuestra estantería Book Harvest en la sala de espera de nuestro socio inaugural Inter-Faith Council for Social Service. Tuve el privilegio de dar a Anne y a Walter una visita personal a nuestras nuevas y elegantes instalaciones cuando nos mudamos a nuestra casa actual en el 2501 de University Drive. Y durante muchas cenas mantuvimos largas y deliciosas conversaciones sobre mi visión de Book Harvest, intercaladas siempre con discusiones sobre literatura infantil y nuestros propios libros infantiles favoritos.
¡Qué afortunado me siento! Y la echo mucho de menos.
La amplitud y profundidad de todo lo que Anne logró, en silencio, durante su vida es vertiginosa y deslumbrante. No puedo hacer justicia aquí a su activismo, ni estoy cualificada para ello. Baste decir que vivió incansablemente de acuerdo con sus principios, denunciando sistemas y exigiendo responsabilidades, trabajando por la justicia racial y la igualdad de género, luchando por un mundo mejor para las adolescentes embarazadas y las madres, los niños en acogida y tantos otros entre nosotros.
Una de las últimas cosas que escribió Ana fue ésta:
Puede que la lectura se acerque a mi primer y último "amigo". Me ha aportado tanto amor y conocimiento, abriéndome quizás ya miles de nuevos mundos.
Parece apropiado que, al igual que la lectura le abrió miles de nuevos mundos, Anne haya formado parte de la labor de Book Harvestpara abrir miles de nuevos mundos a los niños. Este pensamiento me reconforta mientras lucho por reconciliarme con un mundo en el que ella ya no camina junto a las legiones de personas a las que levantó e inspiró.